¡Bella durmiente, despierta, que te espera con los brazos abierta!
¡Fúndete a ella con el abrazo a ti mismo, a tus hermanos, al cosmos y a la naturaleza!
No hay lugar para la tristeza.
Todo se engloga en la alegría de contenerla.
No esperes más y vive a pleno pulmón cada instante
en la inocencia de tu niño auténtico.
La vida quiere que la celebres con ella.
Que seas el gozo de contenerla celebrando su triunfo
siendo su heraldo en la tierra.