Bendito aquél que revive de su naufragio
izando una y otra vez su vela
en el viaje interminable con independencia de la marea.
Porque es el canto inextinguible de sus nereidas
lo que sustenta el mástil hacia el oasis de su caleta
Brújulas son reconduciéndola hacia nuevos horizontes
venciendo las serpientes que vaya descubriendo fuera y dentro de ella.