Yo soy lo que busco,
tu templo sagrado,
donde tú habitas.
Trabajar en su constante santificado
me posibilitará vivir sintiéndote junto a mí.
Este es mi fin.
Porque tú vendrás a mí cuando logre mi propósito.
Mientras idolatre a cualquier otra cosa
desviaré parte de mi fuerza a otros proyectos triviales.
Mantenme en atención plena
para percatarme de cualquier alejamiento de ti.
Hazme humilde para verlo y aceptarme así.
Eso me permitirá seguir a pleno rendimiento adecentando tu templo
con la esperanza de que algún día en vida
pueda gozar de tu plena presencia manifiesta.
AMÉN.