Tras leer mi libro sagrado «Gracia y coraje» de Ken Wilber pinté esta acuarela para dedicársela a su mujer, Treya, que murió tras una larga batalla contra un cáncer de mama y nunca perdió la esperanza. Fue una estrella como decía su marido para otros enfermos, un ejemplo de fortaleza. Me hubiera gustado que hubiese salido mucho más bonito, pero no me fue posible.
Este libro me impactó sobremanera y me abrió enormemente al dolor y al sufrimiento de los demás, sentí unificarme al dolor de todos los hombres. Es un libro muy recomendable para crecer espiritualmente y madurar.
Tras leer mi libro sagrado «Gracia y coraje» de Ken Wilber pinté esta acuarela para dedicársela a su mujer, Treya, que murió tras una larga batalla contra un cáncer de mama y nunca perdió la esperanza. Fue una estrella como decía su marido para otros enfermos, un ejemplo de fortaleza. Me hubiera gustado que hubiese salido mucho más bonito, pero no me fue posible.
Este libro me impactó sobremanera y me abrió enormemente al dolor y al sufrimiento de los demás, sentí unificarme al dolor de todos los hombres. Es un libro muy recomendable para crecer espiritualmente y madurar.