Al mirar esta pintura siento un pesar tremendo porque debería haber parado aquí y no haber seguido. Ya no existe porque lo estropeé de tanto que lo trabajé. Nunca nunca estoy contenta y conforme. Veo que uno de mis mayores problemas es no saber parar a tiempo.
En este paso veo que existe la magia.
Pintar un cuadro es como vivir toda una vida. Es una lucha interna permanente de pasión y razón. ¿Cuánto de pasión y cuánto de racionalidad? Una lucha constante con el pincel liberado y sin pensamiento dejándolo que haga lo que quiera y por otro lado la razón, la técnica de la maldita tridimensionalidad frenándolo. Si todo es razón o técnica, no existe vida es una vida muerta, un cuadro que no tiene alma que no tiene interior.Y si todo es pasión se llega a la locura y a no poder vivir en sociedad y es un cuadro que aunque para mí tiene un valor incalculable le falta algo de esa tridimensionalidad social.
Al mirar esta pintura siento un pesar tremendo porque debería haber parado aquí y no haber seguido. Ya no existe porque lo estropeé de tanto que lo trabajé. Nunca nunca estoy contenta y conforme. Veo que uno de mis mayores problemas es no saber parar a tiempo.
En este paso veo que existe la magia.
Pintar un cuadro es como vivir toda una vida. Es una lucha interna permanente de pasión y razón. ¿Cuánto de pasión y cuánto de racionalidad? Una lucha constante con el pincel liberado y sin pensamiento dejándolo que haga lo que quiera y por otro lado la razón, la técnica de la maldita tridimensionalidad frenándolo. Si todo es razón o técnica, no existe vida es una vida muerta, un cuadro que no tiene alma que no tiene interior.Y si todo es pasión se llega a la locura y a no poder vivir en sociedad y es un cuadro que aunque para mí tiene un valor incalculable le falta algo de esa tridimensionalidad social.