LA FITOLACA
a Daniel
I
¿Cómo pudo permanecer el amado oculto debajo de las piedras de ese árbol?
Y entre las rocas su amante lo rescató.
¡Cobíjate entre mis ramas porque mi bella sombra te protegerá! , le gritó la fitolaca,
y no llegará nunca el otoño ni el invierno si te quedas junto a mí.
Y entre sus brazos reza en paz el amado por la belleza peremne de su primavera.
II
“Y retornarás de nuevo a mis brazos, amante, desde la tierra de tus raíces,
elevándote por mi corriente incontrolada marea del tronco donde te perdiste
y en mi bella sombra resplandecerás por siempre en la inflorescencia de la fitolaca donde renaciste”.
En el fondo he puesto un bello rosal de rosa de pitiminí para Dani.