LA ESPADA

Sólo con mi ojo izquierdo interpreto,
entre círculos concéntricos en crecimiento,
que dentro, en el holotrópico hueco,
entre cientos de vivos y muertos,
que soy antes del nacimiento,
la espada ilimitada del Universo
y en mi copa, el vino es contrapeso
colmado el vacío, mi complemento
y embriagada sin cáliz, ya no regreso
de donde no salgo y permanezco allí,
donde yo misma me atravieso.

***

¿Quién eres, ¡Oh, espada! que constantemente me inquieta y me embriaga?
¿No seréis, musas, el río que fluye desde el inicio de las cavernas?
Decidme, ¡Oh, manos diestras de la inteligencia humana!,
¿Sois vosotras el arquetipo del cáliz que nos atraviesa?
Brújula, candileja o esencia
¿No es lo mismo, sino vino, el alma que me deleita?
Revélate en mi materia porque el sentirte me extasia y serena.
¡Rebósame en mi grial!, tu escanciadora es mi copa, aunque no discierna.
¡ Sáciame de ti para poder descifrar esta angustia que me enajena!.
Puesta vuestra cabecera en mi égida ya vuelo con Pegaso para poder cantar la belleza.
Minerva de ti ¡Oh, espada! Quisiera ser, para intentar expresaros sin la razón manifiesta.

***

¡REBOSAD EN VUESTRO LÍMITE!
Somos lo mismo trascendidos, vino.
Temperatura constante de los cuerpos vivos.
Catabolismos y anabolismos en cálices finitos de él contenidos.
¿Si de tu materia se desprenderá por qué no te fundes con su destino?
Con el oxígeno y el agua en nuestras células se transformará por el desapego en el camino.
¡Rebosad escanciadores en vuestro límite para embriagar con este ATP voluptuoso las zonas muertas de nuestro sino!

***

TU MAR 
Bajo tus brazos
tu mandorla sobre mi copa
y las manos llenas de tanto dar
y la fuente ya rebosa la alegría de ti.
Y me disperso en el río que desemboca en tu mar.