Entre la vida y la muerte de la montaña que permanece
la musa duerme en su bendita paz
soñando que todas las piedras se renuevan en ella,
en la corriente del río que la recorre, que la impregna, que la alienta, que la lleva,
esencia áurea de su energía que nos rodea
que nos orbita, que nos despierta,
que nos impulsa al canto con sus nereidas
que siempre resurgirán en ella en las tinieblas
desde el manantial interminable de la montaña sagrada.
P.55: Vida y muerte
a mi amado amigo Alfonso
dedicada a mi amado amigo Alfonso