EL SILENCIO
El silencio me impele como si nada
sólo silencio, no habla…
y me retuerzo en su mirada
que es solo grandeza,
ojos sin palabras.
Es su alma, digo, la que me brama.
Perdida en este desconcierto
a ese yermo, pujanza, mi alma agarra
y grande, grande, como si nadara
ese desierto me dirige en su bonanza
despacio, despacio, dice,
y mi alma intrépida en secreto
se agarra a su oasis
que dentro haya.
La primera imagen es una pintura de Pierre Puvis de Chevannes.