LA SONRISA DE DIOS
Ni arriba ni abajo, sino en el medio, Siddharta lo decía, está el misterio.
Dormido mi Quijote ahora renacía, y en su globo me subía…
¡Suéltate!, me gritó. ¡Si cortas tu cuerda, al cielo conmigo llegarías!.
No quiero caer en tu abismo, le dije, porque enloqueceré como tú.
Y ahora, mi corteza, mi alma y el diablo, nos hacemos compañía
y Heracles va de guía…
Mi hidra desgranada tensada fibra templada.
¡Loto-poesía! ¡Mandorla somos! Siddharta lo decía…
¡Quijote-Sancho! ¡De mar y arcilla ! ¡S-A-B-I-D-U-R-Í-A!,
Minerva terrena dual en nuestro presente es la energía
de los muertos y venideros que en mi centro se expandía,
me irradiaba, me sonreía, porque oculta dentro de mí, siempre permanecía.
La escultura de en medio es de Brancusi.
Las dos pinturas últimas y el fondo es de Nicolas de Stäel.
El libro de Siddharta del gran escritor Heman Hesse ha sido uno de mis libros que más me han ayudado a crecer espiritualmente.