NUESTRA LEVEDAD
¿Cómo incubar el vellocino de lo que siento?
Y en mi crisol renazco dorado .
Y aún por encima del dolor del parto
descubro la fórmula de destilar el oro de los futuros vástagos.
¿Soy yo la madre o el hijo o soy la trinidad de ambos?
Eso no importa porque me doy cuenta de nuestra levedad.
Sólo instrumentos áureos somos en la creación del alquimista original.