“…EL TIEMPO DE UNA VIDA NOS SEPARA INFRANQUEABLE:
A UN LADO LA JUVENTUD LIBRE Y RISUEÑA A OTRO LA VEJEZ HUMILLANTE E INHÓSPITA”
Luis Cernuda
Quiero aprender a vivir y para ello tengo que aprender a morir, aprender a envejecer, aceptar la enfermedad. Saber que la muerte y la vejez son parte inevitable de nuestra vida terrenal.
Todas las personas nos igualamos en la muerte, es lo que realmente nos iguala totalmente.
Al fluir la vida, todos vamos envejeciendo. Nos unifica pero no como la muerte, porque la manera de envejecer varía en cada persona. Y además si se vive menos se envejece menos.
(*) Una gran diferencia entre los hombres son los años de vida que a cada uno le toca vivir. Es muy doloroso la muerte en la primavera o aún cuando no ha florecido las flores.
Toda persona tiene durante su vida períodos de sufrimiento. El sufrimiento está unido a la vida. También es unificador pero no tanto como la muerte y la vejez porque (*) no todo el mundo le toca sufrir problemas de la misma gravedad.
(*)La enfermedad no trata tampoco por igual a todos ni en la edad ni en la gravedad.
Por todo lo expuesto (*) creo que no hay verdadera justicia por parte de Dios.