Paul Klee
Pintar un cuadro es como vivir toda una vida. Es una lucha interna permanente de pasión y razón. ¿Cuánto de pasión y cuánto de racionalidad? Una lucha constante con el pincel liberado y sin pensamiento dejándolo que haga lo que quiera y por otro lado la razón, la técnica de la maldita tridimensionalidad frenándolo. Si todo es razón o técnica, no existe vida es una vida muerta, un cuadro que no tiene alma que no tiene interior. Y si todo es pasión se llega a no poder vivir en sociedad y es un cuadro que aunque para mí tiene un valor incalculable le falta algo de esa tridimensionalidad social.
En mí, parte, buscando el todo, buscando el equilibrio de lo interior (el todo) con mi exterior ( proporción áurea) al igual que un pintor busca el equilibrio en su lienzo con las sombras/luces, colores fríos/cálidos buscando la excelsa belleza, lo sublime, buscando el todo en su lienzo, en su parte. Conseguir el equilibrio entre las sombras y el frío de la materia con las luces y el calor del espíritu.