No puede existir una real y sana vitalidad, sexualidad, creación ni trascendencia sino está pasado por el crisol del amor. Si nos adentramos en estos laberintos sin estar integrados en lo que realmente somos, sin sentir que además de ser únicos somos parte de un uno mayor, sin sentir ser teselas de ese mosaico, nos perderemos en estos laberintos. Y si no atisbamos al menos una pequeña luz en estos túneles oscuros no habrá retorno.
Cuando sentimos que somos parte integrante de un todo, parte de la vida, cuando sientes que eres la vida misma que te está recorriendo, que eres el ser en sí mismo en ti, que eres el amor en sí mismo,
TODO PODRÁ SER Y MANIFESTARSE,
TE INUNDARÁ LA FUERZA DE LA MISMA VIDA,
TODO EN TI SERÁ ARMONÍA
Y EN TODO LO QUE HAGAS LA IRÁS EXPRESANDO
La vitalidad sin amor a ti mismo te inducirá a no cuidar tus necesidades físicas, emocionales, espirituales. Si no amas a los demás serás una simple máquina de producción y si no amas al universo podrás realizar catástrofes en la naturaleza con tu energía vital.
Trascender en la individualidad es una ilusión espiritual que te aleja de la vida, de la madre tierra, de la parte de TU CUERPO y LA DISOCIACIÓN ALMA CUERPO AUMENTA AÚN MÁS, ERES UN ALMA SIN CUERPO.
Trascender en la individualidad es una ilusión espiritual que te aleja de LOS OTROS que son los únicos que te van a posibilitar poder expresarte en tu identidad. Nuestra unicidad se manifiesta en la diversidad que en la interacción con los demás vamos creando. Es una interacción permanente entre todos, vamos siendo en los demás y al mismo tiempo es impermanente en el tiempo porque en cada interacción nuestra identidad se va recreando. Sin los otros no podemos ser en nuestra identidad, difuminándonos en la invisibilidad del no ser nosotros mismos. Somos todos hermanos únicos e irrepetibles, hijos de un mismo padre. Nuestra humanidad tiene un solo padre.
Un ser espiritual tiene un padre, una madre y un hijo, que somos todos.
La creación sin la integración afectiva te DESVÍA EN EL EGOÍSMO CREATIVO DE TU OBRA.
La sexualidad, sin tener integrado el amor a ti mismo, el amor a los demás y a toda la existencia te lleva a relaciones desequilibradas de sumisión, dependencia, dominación y múltiples perversiones.
Solo sintiendo ser parte integrante de un todo, será el amor a todo, a todos y a ti mismo por igual de importancia, el director en todos tus pasos y todo lo que hagas será en sí mismo sagrado porque lo harás no desde el yo individualista sino desde el yo-tu-nosotros sagrado de la vida del uno.